“Nunca le daré suficientes gracias a Dios por el don del Sacerdocio”
Su vida
Fechas y destinos
El P. Ángel María Rojas, S.J. nació en Burgos el 15 de septiembre de 1940, hijo único de María Teresa y Valentín. Fue bautizado al día siguiente. Él mismo cuenta en su autobiografía: “Mis padres pusieron el máximo interés en educarme bien. (Si lo consiguieron es otra cosa, pero ellos lo intentaron). Me trataron con todo el cariño del mundo, aunque sin mimos ni caprichos”.
De pequeño fue al Colegio de las Reparadoras en Burgos. Recibió, por primera vez, a Jesús en la Eucaristía con 7 años en las Esclavas del Sagrado Corazón. Durante 9 años estudió en el Liceo Castilla, de los Hermanos Maristas, hasta terminar el Preuniversitario. “Tengo muy buenos recuerdos de esa época, tanto de los Maristas como de mis compañeros. Pertenecía a la Asociación eucarística del Colegio: “los Tarsicios”. A los Hermanos Maristas les tengo mucho que agradecer.” Escribe el P. Rojas.
Desde siempre tuvo contacto con los Jesuitas ya que iba con sus padres a la iglesia de la Merced, a Misa y a confesarse cada semana…
“Mis padres pusieron el máximo interés en educarme bien. (Si lo consiguieron es otra cosa, pero ellos lo intentaron). Me trataron con todo el cariño del mundo, aunque sin mimos ni caprichos”.
Discernimiento...
El P. Rojas con sus padres justo antes de entrar en la Compañía (septiembre 1957)
Noviciado y Teologia
El día de mis Votos (25-09-1959) con el P. Maestro
Primeros años de los GOCJ
Primeros años de los GOCJ (1980)
Dedicó gran parte de su vida a dirigir tandas de Ejercicios Espirituales a religiosas, sacerdotes, militares, matrimonios, jóvenes… Los GOCJ surgieron del fruto de estos Ejercicios Espirituales “para ayudarse unos a otros a mantenerse y avanzar”.
Iba dando Ejercicios por distintas partes de España y formando nuevos Grupos de Oración del Corazón de Jesús.
Los GOCJ surgieron del fruto de estos Ejercicios Espirituales “para ayudarse unos a otros a mantenerse y avanzar”.
“En los más de 47 años que he dirigido los GOCJ he tenido muchas alegrías. He conocido a muchísimos jóvenes generosos, nobles, con auténticos deseos de entregarse a Dios"
“Nunca he tenido la menor duda sobre mi vocación. Volvería a entrar en aquella Compañía de Jesús, que conocí entonces. He encontrado en las Constituciones de San Ignacio muy bien reflejado lo que Dios me pedía”.