“Siempre más y mejor, por el Reino de Cristo”
Su obra
El Padre Rojas fue un gran director de Ejercicios Espirituales y formador de almas, dedicando a ello una gran parte de su vida. Decía que en las almas de los jóvenes veía verdaderamente la actuación de Dios, que era una obra viva del Corazón de Jesús y lo prefería a otras obras de apostolado o trabajo porque pensaba que con ello se ayudaba más a poner a las almas en contacto con el Señor.
Por ello, desde el inicio de su vida sacerdotal, se dedicó como actividad apostólica fundamental a los Ejercicios Espirituales. De esa actividad nace una obra “viva”, ya que en 1975 funda los Grupos de Oración del Corazón de Jesús.
Él mismo explicaba que a los pocos años de empezar a dar Ejercicios Espirituales “me di cuenta de que los jóvenes los terminaban felices, con grandes deseos e ilusiones, pero, al cabo de uno o dos meses, el castillo de naipes de venía abajo”. Vio que no bastaba ese primer empujón que suponían los Ejercicios, sino que se necesitaba después un ambiente donde poder vivir esta nueva vida, un apoyo, un grupo donde crecer y avanzar en la vida espiritual.
Pensó proponer a los más animados formar un Grupo de Oración para poder ayudarse unos a otros. Lo hizo así al terminar una tanda de Ejercicios Espirituales de chicas el 14 de noviembre de 1975 en Villagarcia de Campos (Valladolid), fecha que, desde entonces, se considera la fundación de los GOCJ.
Se apuntaron casi todas, pero poco a poco se fue haciendo una “autoselección” y quedaron solamente las que tenían más interés. Él decía siempre que “no era consciente de que había fundado una Asociación nueva en la Iglesia”. Pensaba que así el entusiasmo en lugar de durar un mes “duraría cuatro meses”, y decía con su gracia especial “¡Y mira todos los años que llevan!”.
Mientras daba tandas de Ejercicios Espirituales por diferentes partes de España iba proponiendo formar parte de estos Grupos de Oración a los jóvenes que los realizaban, para perseverar y avanzar en la vida cristiana. Empezaron a surgir Grupos de Oración en diferentes partes de España, y el Padre Rojas pensó en organizar una Asamblea en Madrid para que las jóvenes (en aquel momento solamente había chicas) de las diferentes ciudades pudieran conocerse. La primera Asamblea se celebró en 1976 con ayuda del P. Mendizábal, director del Apostolado de la Oración, ya que compartían la misma espiritualidad. De esa misma manera comenzaría también J.R.C. (Jóvenes por el Reino de Cristo), dado que el P. Mendizábal tuvo la idea de convocar a jóvenes de Movimientos similares en encuentros sucesivos.
Se formaron Grupos de Oración en Valladolid, Burgos, Madrid, las Palmas, Barcelona, Granada, Almería, Lérida, etc, etc) y se fue constituyendo poco a poco una Asociación más definida. En aquel momento, para diferenciarlo del nombre “genérico”, el Padre les agregó el apellido que calificaría la espiritualidad que los caracterizaba “del Corazón de Jesús”.
Por los Grupos de Oración han pasado más de mil personas, y de ellos han surgido más de cien vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa, y otras muchas familias santas.
Otra de sus obras vivas es la Asociación Apóstoles de los Corazones de Jesús y María (ACIM), consagradas seglares.
Desde el inicio, en los Grupos de Oración había existido la inquietud de algunas chicas de entregarse a Dios en castidad, pobreza y obediencia, para, sin ser del mundo, llevar al mundo el amor del Corazón de Cristo, consagrándose especialmente en los Grupos de Oración. En 2003 la Iglesia aprobó este carisma en la Diócesis de Getafe, en la que viven y evangelizan desde entonces desde el Hogar de Nazaret
El Padre Rojas siempre tuvo muchísima inquietud por dar una formación sólida a los jóvenes -y no tan jóvenes- con los que trataba, y de esa inquietud y de las dificultades más frecuentes y temas candentes que le iban proponiendo fueron saliendo una serie de folletos que luego cuajaron en lo que se llamaría los “Básicos GOCJ”, unas obras de formación en formato breve abordando temas como “Filosofía del tiempo libre”, “Ángeles y demonios”, “La obediencia”, “El Purgatorio”, y un largo etcétera. Siempre llevado por su ardiente amor a la Eucaristía escribió una obra llamada “Milagros eucarísticos” en la que narraba los milagros eucarísticos conocidos en diferentes lugares del mundo y su historia, así como “Ecología Eucarística”, un folleto en el que explicaba el modo adecuado de la celebración eucarística según las normas de la Iglesia. A su muerte nos legó también los grandes trabajos que había ido escribiendo durante toda su vida sobre sus grandes amores: la Eucaristía, el Corazón de Jesús y la Virgen.
Los que tuvimos la suerte de conocerle de cerca sabemos de su celo apostólico, siempre preocupado por ahondar en la espiritualidad y formación, impartiéndonos cursos y charlas siempre que tenía ocasión en Convivencias, Peregrinaciones y Encuentros.
Desde los inicios de su vida apostólica se interesó por difundir lo máximo posible la espiritualidad de la Iglesia, llegando a todos los lugares que pudiese o donde las personas no podían tener fácilmente “movilidad” (pensaba siempre en los conventos de clausura, por ejemplo, o personas enfermas) y ya en esos momentos realizaba grabaciones de libros y vidas de santos o charlas para lecturas de comedor.
En los últimos años se subió también al carro de lo audiovisual, y comenzó a grabar series de vídeos sobre sus temas estelares: “Historia del Culto eucarístico fuera de la Misa”, “La maravilla de las maravillas: la Eucaristía”, “¿Quién eres tú, María?”, “Id a Laus (María, Refugio de pecadores)”, “Los misterios de la Sábana Santa”, “El Corazón de Jesús me ama”, una gran obra de 65 charlas sobre el Corazón de Jesús donde toca todos los temas de esta espiritualidad que había estudiado durante su vida, y por último “María Corredentora. Solucionando una polémica”.